sábado, 25 de enero de 2014

Sensación de irrealidad

Cuanto más me muevo por el ciertos entornos, más me asombro de que este país pueda seguir sobreviviendo en un entorno tan hostil.

Por motivos que no vienen al caso, me encuentro recorriendo ciertas unidades especializadas de apoyo a la decisión en varias Instituciones.

En este proceso de adquisición de conocimiento, he detectado dos perfiles de personas muy diferentes, en lo que a la dirección de estos departamentos se refiere:

El primer perfil es el que denomino "académico". Su principal objetivo es el de elaborar sesudos artículos sobre cómo deberían hacerse las cosas con el fin de ser capaces de obtener Inteligencia del entorno.

Bajo mi punto de vista, no aportan conocimiento real, conocimiento que, de verdad, permita a los niveles de decisión realizar su trabajo minimizando los riesgos inherentes a disponer, siempre, de información parcial y sesgada para hacerlo.

El otro perfil que he detectado, y no es excluyente del primero sino que, a menudo, comparte intereses con el mismo, es lo que denomino perfil "chiringuito".

Se trata de un perfil muy común en todos los ámbitos productivos de nuestro país. Alguien consigue, tras tener una idea más o menos brillante, vivir toda su vida de ella.

La estrategia es sencilla: Para que nadie pueda hacerme sombra ni pueda desplazarme, no comparto información, ni procedimiento, ni genero sinergias, ni traslado conocimiento a la propia Institución sobre cómo estamos haciendo las cosas. Todo ello con el fin de generar dependencia asegurándome así mi coto particular al que nadie puede entrar sin mi permiso.

En ningún caso se toma en consideración que el objetivo es hacer que sobreviva la Institución en la que prestas tus servicios sino en que seas tú quien maximice el beneficio pero con una visión cortoplacista que asusta porque, si no sobrevive la Institución a medio y largo plazos... ¿cómo vas a hacerlo tu?

No, no es una estrategia demasiado inteligente pero, ¿quién ha dicho que un perfil así lo sea?

Los decisores, por tanto, han de realizar su labor con informaciones parciales e incorrectas y, además no son conscientes de ello ni tampoco les importa demasiado.

Me da la impresión de que, ellos también, se consideran aves de paso en un puesto de trabajo que solo les ha de servir como trampolín para otro de nivel superior o, aún peor, no están dispuestos a adaptarse a la necesidad de cambiar un modelo de toma de decisión que se base en datos y conocimiento pluridisciplinar y no en su "experienca" y olfato. ¿Serán conscientes de ello o es pura incapacidad estratégica?

Otro día hablaremos de los perfiles que se ubican dentro de estos niveles de decisión. También tengo mis opiniones al respecto...

La experiencia (supuesta) por sí misma, sin conocimientos académicos y sin inteligencia adaptada a las necesidades no sirve mas que para estrellarse aún a más velocidad.

El conocimiento académico, sin aplicabilidad práctica, solo genera humo y la falsa sensación de seguridad de que se están haciendo bien cosas que, en realidad, degeneran de forma irremediable.

Y así, el círculo se cierra. Cada día descubro que... Dejémoslo aquí.

Sin embargo, no quiero terminar esta entrada sin ofrecer una esperanza... Este país dispone de inteligencia humana. De mucha inteligencia y de muy buena calidad.

Solo tenemos que hacer algo a lo que no estamos acostumbrados: Parar, reflexionar, escuchar (muy importante, lo hacemos poco y mal), entender al interlocutor aunque podamos no estar de acuerdo con sus tesis (tampoco somos demasiado hábiles en esto) y, por fin, ser consecuentes con las decisiones que en base a la inteligencia obtenida, se tomen.

TODOS hemos de ser consecuentes: los que estén a favor y los que no lo estén.

Esa es nuestra mayor debilidad como pueblo: Las decisiones, una vez tomadas, no son aceptadas lealmente por los derrotados.

Tampoco los vencedores se comportan de forma que los vencidos no se sientan expulsados.

No hacen nada por integrarlos de forma no traumática de tal forma que las sinergias obtenidas sirvan para el bien común.

El bien común... ¿Alguien ha pensado en esto? En tu empresa, en tu comunidad de vecinos, en tu localidad, en tu país...

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